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15704 Santiago de Compostela
La biblioteca del Museo de las Peregrinaciones y de Santiago estrena nuevo centro de interés dedicado a los rituales de peregrinación.
Son numerosos los ritos llevados a cabo a lo largo del Camino de Santiago. Muchos de ellos parten de la época medieval e incluso algunos son anteriores al descubrimiento de la tumba del Apóstol, siendo luego cristianizados y asumidos por los caminantes jacobeos.
En la Edad Media, la peregrinación comenzaba cuando la comunidad local acompañaba al peregrino en su partida con un ritual de despedida. Desarrollado en un ambiente de intensa oración (se celebraba una misa), se bendecían sus atributos, báculos (bordón), escarcelas, sus reliquias e insignias y generalmente, se le acompañaba en procesión en su salida.
Otro ritual de esta época es la Coronatio Peregrinorum. La realizaban los peregrinos alemanes a su llegada a la Catedral de Santiago. Simbolizaba la coronación del peregrino por el Apóstol por haber realizado la peregrinación hasta su sepulcro. Consistía en que el peregrino se autocoronaba con una corona que portaba la estatua del altar mayor de Santiago. Más popular era el rito del abrazo al Apóstol, que realizaban caminantes de todas las nacionalidades, documentado ya en el siglo XIII y continua hasta nuestros días. Tiene lugar en el camarín del Apóstol, sobre la cripta de las Reliquias y el altar mayor, con el abrazo por detrás a la estatua románica de Santiago. Como todos los ritos, tiene una fuerte carga simbólica y surge del afán del peregrino por sentir la cercanía del Apóstol tras el esfuerzo realizado.
En la misma época, se piensa que tuvo origen la tradición de la imposición de manos en el parteluz (en el Árbol de Jesé) del Pórtico de la Gloria, consistente en colocar los cinco dedos de la mano derecha en él. Por razones de conservación, no se permite desde el año 2008. Las teorías sobre su origen son numerosas pero en realidad se desconoce el porque de esta tradición. Se dice que parte de la tradición religiosa de la imposición de manos, que es un gesto de sumisión ante las estatuas de Jesús y Santiago, en un momento de oración o un recuerdo de la actitud de descanso de los peregrinos que allí se apoyaban para contemplar su meta.
Asimismo, en el Pórtico de la Gloria, se encuentra el llamado Santo dos Croques, con un ritual muy posterior (se piensa que comenzaría en el siglo XIX, entre los estudiantes universitarios). Consistía en dar tres suaves cabezadas a la figura del Maestro Mateo para heredar su sabiduría. Se prohibió igualmente en la actualidad por el daño sufrido. En la Catedral se encuentra también el bordón del Apóstol, que permanece semioculto en una columna del crucero en un relicario alargado. Hoy se perdió esa tradición, pero en la Edad Media, los peregrinos obtenían indulgencias al pasar la mano por él.
En el Camino se suceden otros ritos que tienen un origen precristiano. Entre estos están los milladoiros, de los que hay varios a lo largo de la ruta. Son montículos formados por piedras testimoniales depositadas por los peregrinos en un lugar de culto y se cree que puede tener un origen prerromano. Los más conocidos son los de la Cruz de Hierro (en el Monte leonés de Irago) y el del Monte del Gozo.
En la localidad de Eunate, en Navarra, en la iglesia de Santa María, los peregrinos tienen la costumbre de dar tres vueltas alrededor de esta y luego situarse en el centro para recibir energía, pues se considera un centro telúrico. También en Puente la Reina el paso de una orilla a otra simboliza el paso de un estado terrenal a otro más celestial.
Desde el siglo XVI está documentada la tradición de la Cruz dos Farrapos. En esta época, después de visitar el sepulcro apostólico, los peregrinos quemaban sus ropas en una cruz ubicada en las cubiertas de la catedral. Era un rito purificador, como el de lavarse en Lavacolla o lo del botafumeiro en la misa del peregrino. Se desconoce cuándo se dejó de realizar, actualmente este rito se trasladó de alguna forma al cabo de Fisterra, donde algunos peregrinos queman también alguna de sus piezas con el mismo sentido.
También del siglo XVI data la entrada de los peregrinos a la catedral por la Puerta Santa. Para ganar el jubileo en Año Santo es necesario visitar la tumba del Apóstol en la Catedral, rezar una oración, confesarse y recibir la comunión. El ritual de apertura y cierre de la Puerta Santa anuncia el principio y el final del Año Xacobeo.
Si te interesan estos rituales y quieres conocer muchos más, puedes acudir a nuestra biblioteca, donde hicimos una selección de la bibliografía sobre este tema. Recuerda que estamos en nuestra sede de la calle San Miguel y el horario es de lunes a viernes, de 9.00 a 14.30 h.