El uso de los libros para cinturón apareció alrededor de 1350 y se mantuvo vigente durante cerca de un siglo y medio. Hoy se conservan muy pocos ejemplares en el mundo, éstos disponen de tapas de madera con una protección de ante que cubre los laterales y el lomo, prolongándose por la parte superior para acabar en un nudo.
El libro se llevaba prendido en el cinturón colgando boca abajo, quedaba así protegido de la lluvia y de la suciedad, siendo posible llevarlo también en la mano gracias al nudo. De esta forma el peregrino portaba consigo todo lo que necesitaba para la escritura al tiempo que podía abrirlo y leerlo, incluso mientras caminaba.
En el concurso, además de los representantes de distintas comunidades autónomas de España, han participado profesionales de Portugal, Francia, Italia, Japón, Bélgica y México.
Los premios otorgados han sido los siguientes:
-1er. Premio: María José Eiriz Fernández, de Vigo (Pontevedra).
-2º Premio: Concha y Rosana López Bermejo, de Madrid.
-3er. Premio: Vinka Grbic Segura, de Barcelona.
Accésits a:
- 1er. Accésit: Cristina Balbiano D’Aramengo, de Milán (Italia).
- 2º Accésit: Raquel Escudero Arribas, de Madrid.
- 3er. Accésit: Begoña Cabero Diéguez, de Barcelona.